El "Mudo" me dice: - No te preocupés, Pebeta, los barbijos no van a ser para siempre - Pero, Carlitos, la cosa está brava, hay que cuidarse... además, frente a Usted, Maestro, todos tendríamos que embarbijarnos ¡y callarnos para siempre!
El de la sonrisa eterna agrega: - No es para tanto, no exagere - Y yo le pido, no una bendición, sólo una palmadita en el hombro, de aliento, para seguir con los tanguitos... (Esto para contar que volví de Buenos Aires, viaje intenso, ensayos, segunda experiencia de grabación en estudio y entrevistas para BA Podcast, muchas cosas lindas que merecen otros posteos... Ya ampliaremos)