Los poetas
del interior del país, por lo general, no suelen conseguir difusión para su
obra. Los encuentros regionales de poesía, la presencia en la Feria
Internacional del Libro de Buenos Aires y el acceso de sus libros para la
información y comentario crítico no bastan para satisfacer la continuidad de la
comunicación fluida que requiere toda obra, ni tampoco para establecer puentes
fecundos de intercambio.
Por esta razón, consideramos aquí y a pesar de que lleva dos años de editado,
el primer libro de poemas de una autora entrerriana cuyos méritos permiten
suponer que ha iniciado un camino de clara y firme definición estética.
Stella Maris Ponce, nacida en Concordia (Entre Ríos), cultiva la poesía, la
música y el canto. Es profesora de Castellano, Literatura y Latín, ha ejercido
la docencia y colaborado en actividades culturales en su provincia, en otros
lugares del país y del exterior. Desde 1984 dirige la Extensión Cultural de
Magister Libros. Colabora con notas bibliográficas y artículos de cariz
cultural en diversos medios periodísticos.
En Rituales de la noche, Stella Maris Ponce ofrece su primera entrega
conjunta de poemas, caracterizada por un discurso lírico llano que recoge sus
vivencias íntimas de manera frontal. Desde una perspectiva cuya profundidad es
el hilo conductor de su palabra poética.
Ordena el material en ocho partes. Los títulos elegidos, “Alegoría”, “Rituales
de la noche”, “La trama de los días”, “Del aire y sus cantos”, “Motivos”,
“Mensaje para el fuego”, “Haikus” y “Aire de blues”, revelan una sencillez
raigal, la etérea visión que le inspiran las palabras, expuesta en el epígrafe
que preside la obra, tomado de “Despedida” de Jorge Teiller: “un poco de aire
movido por los labios –palabras para ocultar quizá lo único verdadero: que
respiramos y dejamos de respirar”. Es decir, palabras como indicios de lo
cotidiano, los sentimientos, la alegría y el dolor, el miedo, la conciencia de
estar vivos y de ignorar hasta cuándo. Palabras para interrogar los sueños y
develar su mensaje, también para el propósito de intentar nuevos cauces de
expresión.
El juego del tiempo es medular en esta poesía por su estrecha relación con el
empleo de los verbos. Su rastreo y análisis en función del corpus al que
pertenecen descubren un mensaje que evade todo arraigo de parte del yo lírico.
Interesa, por lo tanto, la clasificación de las acciones pretéritas, presentes
y futuras con alusión a sus referentes, los cuales entre tierra y aire,
demostrarán en todos los casos que “El tiempo es una mariposa inalcanzable”.
Que sucesiva e íntimamente somos pasajeros, aunque la insistencia perseverante
apueste a que “Todo busca una forma que lo contenga/ para abandonar la
errancia”
Los poemas de Rituales de la noche enmarcan una especie de hora cero,
donde principio y fin se unen sobre el diseño lírico de un presente inestable.
Como afirma Marta Zamarripa en el texto que figura en la contratapa, se trata
de poesía que asume símbolos de clara codificación, y crea un sentido que apela
al misterio que nos constituye.
Por lo demás, Stella Maris Ponce comunica la impresión vivencial e intelectiva
del instante, vinculando de manera peculiar la naturaleza y los objetos al
recrearlos en la palabra.
Seleccionamos dos poemas para la reflexión del lector:
Destino |